Hoy muchos sufrimos la «enfermedad del tiempo» (cronopatía), muchos de nosotros sentimos que estamos en una carrera constante contra el reloj. Las listas de tareas parecen interminables, las horas del día nunca son suficientes, y siempre hay algo más que hacer. Este fenómeno, al que el Dr. Larry Dossey llama «enfermedad del tiempo», es una de las causas subyacentes del estrés crónico en nuestra sociedad.
¿Qué es la «Enfermedad del Tiempo»?
La «enfermedad del tiempo» no es una enfermedad física en sí misma, sino una condición mental que surge de la percepción de que el tiempo es un recurso escaso y que nunca tenemos lo suficiente. Esta mentalidad nos empuja a vivir en un estado de constante apremio, donde cada momento parece estar dictado por la necesidad de hacer más, de ser más productivos, y de no perder un segundo. Pero esta urgencia perpetua tiene un costo: nuestra salud mental y física.
Cuando vivimos atrapados en esta mentalidad de escasez temporal, nuestro cuerpo responde con niveles elevados de estrés. La tensión arterial sube, la ansiedad se dispara, y la calidad del sueño se deteriora. A largo plazo, esta forma de vivir puede contribuir a problemas graves de salud como enfermedades cardíacas, insomnio, y trastornos de ansiedad. Más allá de los efectos físicos, la «enfermedad del tiempo» también nos roba la capacidad de disfrutar del presente, de conectarnos con nosotros mismos y con los demás.
Según Larry Dossey, la clave para curar la «enfermedad del tiempo» está en cambiar nuestra relación con el tiempo. En lugar de ver el tiempo como un enemigo que nos persigue, debemos aprender a conectarnos con el «tiempo eterno» o el «tiempo sin tiempo». Este concepto se refiere a un estado de conciencia en el que estamos plenamente presentes, disfrutando de cada momento sin preocuparnos por lo que viene después.
Para lograr esto, es fundamental practicar la atención plena o mindfulness, cultivar la paciencia, y permitirnos desconectar del frenesí de la productividad constante. Se trata de darle valor a la calidad de nuestras experiencias en lugar de la cantidad de cosas que logramos en un día.
Superar la «enfermedad del tiempo» no significa renunciar a nuestras responsabilidades o dejar de lado nuestras metas, sino aprender a encontrar un equilibrio. Al tomarnos el tiempo para respirar, para ser conscientes de nuestro entorno y para disfrutar del presente, podemos aliviar el estrés y mejorar nuestra salud.
La próxima vez que sientas que el reloj te está ganando la carrera, recuerda que el verdadero bienestar no se encuentra en la cantidad de horas que logras aprovechar, sino en la calidad de los momentos que vives.
Alfredo Bastida Caro. Codirector de Coaching Camp. Coach Personal y Health Coach. Experto en Inteligencia Emocional y Programación Neurolingüística. Licenciado en Cc. de la Actividad Física y Deporte.



