No te lo voy a negar, el coaching en la actualidad está de moda, esto es una realidad. Y también estoy seguro de que, por las exigencias y necesidades de las personas en la sociedad actual, y por como enfoca la inteligencia emocional y el desarrollo personal el sistema educativo, ha venido para quedarse. Evolucionará, progresará y puede que dentro de unos años no se llame así, o quizá sí, pero su esencia, la intención de ayuda, el crecimiento y desarrollo personal y profesional, facilitado por uno mismo o por otros, permanecerá, de esto estoy seguro.
Por otro lado, es justo resaltar que no es una profesión nueva. El gran filósofo griego Sócrates, allí por el 400 a.C., utilizaba el diálogo para que, a través de la ironía (retar al su interlocutor a reconocer su ignorancia y desde ahí partir hacia la búsqueda de la verdad) y con la mayéutica (a través de la cual progresaba en la búsqueda de las definiciones elaboradas), sus alumnos llegasen a conclusiones que facilitaran el acercamiento a la “verdad”.
La idea básica de la metodología socrática tiene gran correspondencia con el coaching, ya que “no existe el enseñar, sino solo el aprender”. Sócrates daba por sentado que las respuestas estaban en el interior de cada uno, creando las bases de un pensamiento humanista que ha crecido a lo largo de la historia.
Posteriormente, muchos han sido los pensadores, filósofos y personajes que han influido en lo que hoy se conoce como Coaching. Algunos de ellos son: Thomas Leonard, John Whitmore, Timothy Gallwey, Rafael Echeverría, John Grinder, Virginia Satir, Robert Dilts, Tony Robbins, Joseph O´Connor, Víctor Frankl, Elisabeth Kubler Ros, Daniel Goleman, Richard Bandler, Lao Tze, Yoshinori Noguchi, Mario Alonso Puig, James Gavin y un largo etcétera, que han aportado sus enseñanzas, investigaciones y experiencias, en lo que hoy son las diferentes vertientes y especialidades del coaching.
Por tanto, asignar la paternidad a unos u otros no me parece adecuado, aunque es cierto que los anteriores son algunos de los precursores de lo que hoy conocemos como el coaching moderno.
Personalmente, me gusta más la idea de un río caudaloso alimentado por muchos afluentes e influyentes personajes, así como por los coaches que día a día trabajamos en él.
Entonces si el coaching bebe de tantas fuentes ¿Cuál es su definición?
¿Qué es el coaching?
Como te podrás imaginar, al igual que con los conceptos que hemos definido anteriormente de salud y calidad de vida, no hay una definición universal para el coaching, o la especialidad de este que nosotros desarrollamos. Una definición ciertamente inspiradora, y basada en el concepto socrático, es la que nos ofrece John Whitmore:
“Consiste en liberar el potencial de una persona para incrementar al máximo, su desempeño. Consiste en ayudarle, en lugar de enseñarle. Somos como una bellota que contiene en su interior todo el potencial para convertirse en un majestuoso roble. Necesita alimento, estímulo y luz para crecer, pero el roble ya se encuentra en su interior”
El Fitness Coaching es una especialidad joven. Las primeras publicaciones datan de 1985 y las realizó el psicólogo Dr. James Gavin, profesor de la universidad de Montreal, Canadá. En España es Coaching Camp – Escuela de Coaching, Inteligencia Emocional, PNL y Desarrollo Personal, la única entidad que desarrolla los estudios para la certificación.
Siendo, como te digo, una especialidad emergente en la actualidad, con gran desarrollo y cada vez más demandada, esta es la definición que me parece más cercana al trabajo que desarrollamos en Coaching Camp:
“Es un proceso personalizado de entrenamiento y aprendizaje, reflexivo y creativo, que busca la responsabilidad, permite despertar la conciencia, aumentar la motivación, facilitar la determinación y el progreso de quien lo recibe. Creado especialmente para ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos de salud, calidad de vida, bienestar personal, ejercicio y deporte. Fitness Coaching aúna cuerpo, mente y emociones, ayudando a las personas a sacar su mejor versión en todos sus ámbitos”.
El objetivo del coach es crear en el coachee una mentalidad de conciencia, responsabilidad y acción, que le permitan ir más allá de sus limitaciones actuales. Sugiere un acompañamiento incondicional, respetando las acciones del cliente, sin hacerlo por él. Las decisiones y acciones las toma y realiza la persona que recibe el proceso.