Uno de los mayores potenciadores de un buen estado de ánimo es el equilibrio entre nuestro día a día, las rutinas, hábitos y los sueños que tenemos en nuestro interior, de tener una vida plena y satisfactoria, da la casualidad que venimos de un periodo vacacional en el que normalmente, aflora más esta diferencia.
Piensa en una balanza con un platillo abajo y el otro arriba, como un balancín con un niño obeso en un extremo y uno flaco en el otro. El lado pesado que desequilibra representa el comportamiento diario: el trabajo que realizas, el lugar donde vives, la gente con la que te relacionas, los libros que lees, etc. todo lo que poco a poco va llenando tu vida. Está claro que ninguna de estas cosas son necesariamente malas, lo malo, lo poco saludable aparece cuando lo que vives no está relacionado directamente con lo que habías pensado que sería, y aparece una sensación de vacío. Aferrarnos a la rutina que tanta seguridad nos aporta, impide en ocasiones cumplir los sueños.
Cuanto más tiempo transcurra en ese estado de ánimo, en ese estado de desequilibrio, menos entusiasmo tendrás por el trabajo que desempeñas o el estilo de vida escogido. El trabajo se volverá más rutinario, menos creativo, emprenderás menos proyectos y los objetivos se reducirán. Lo fácil es echar la culpa a los demás, al entorno, a la crisis o a lo que quieras, pero la respuesta como en muchas otras ocasiones se encuentra dentro de ti.
Para crear un equilibrio en este aspecto de tu vida debes usar la energía de tus pensamientos para armonizar con lo que deseas. Todos hemos oído hablar de la ley de la atracción y la potencia que tiene, pues bien, atrae tanto lo positivo como lo negativo, es decir si tenemos pensamientos que homenajeen a la frustración, eso es lo que atraeremos hacia nosotros.
Wayne Dyer dice que “usted y solo usted es el responsable del desequilibrio entre lo que sueña que debe ser su vida, y los hábitos diarios que alejan su existencia de ese sueño” y personalmente no puedo estar más de acuerdo, obtienes lo que piensan tanto si lo quieres como si no. Esto, inevitablemente afectará a nuestro estado de ánimo diario y a como nos tomamos los problemas, los logros y las alegrías. Comprométete a pensar en lo que deseas, y a realizar pequeñas acciones diarias y olvídate de lo imposible o difícil que puede ser alcanzar esos sueños. Dales un lugar en la balanza para poder visualizarlos y que poco a poco vaya entrando en equilibrio.
Oscar Wilde dijo “estamos todos en el sumidero, pero algunos miramos a las estrellas” un claro ejemplo de lo que representa estar alineado con tu visión, tus pensamientos y tu ser. No importa cuáles sean las circunstancias de tu vida o tu estado económico actual cuando se trata de conseguir tu objetivo. La presencia de un grupo de escépticos no debe disuadirte de tu atracción por ese objetivo.
Para poner todo esto en marcha solo hay que dar un primer paso, un primer gesto, un pequeño cambio. En otras ocasiones ya hemos hablado de cómo redactar objetivos alineados contigo, o si no, puedes consultar en internet como hacerlo siguiendo por ejemplo la metodología SMART. También puedes ver la conferencia que impartimos Bego González y yo hace poco sobre este tema.
Te animo a cambiar algunas rutinas, algunos hábitos y construir tus sueños si no lo estás haciendo ya. Los grandes cambios siempre empiezan con gestos simples.
¿Cuál es tu primer paso?, uno que puedas dar hoy mismo, ahora, cuando acabes de leer este post.
Alfredo Bastida Caro.
Lcdo. Cc.de la Actividad Física y Deporte. Fitness. Fitness Coach Profesional y Director de la certificación Fitness Coaching.
